Obsesión: Creando mi propia biografía visual
Me obsesiona la idea de morir. No porque tenga miedo a la muerte, ni mucho menos porque la desee. Me obsesiona el hecho de que somos como un disco duro que almacena gustos, pensamientos, preocupaciones, sentimientos, vínculos, miedos y, sobre todo, recuerdos. Pero un buen día todos estaremos en una caja de pino, y todo lo que fuimos ya no será nunca más. Es aterrador pensar que todo lo que forma parte de nuestro ser como seres pensantes desaparecerá un buen día, y solo quedará un recuerdo caduco en nuestros seres queridos de lo que un día fuimos.
No soy religioso, no creo en ningún tipo de dios ni de creador -aunque a veces me gustaría poder creer-. Creo (o mejor dicho: sé) que somos el fruto de miles de millones de años de casualidades y eventos cósmicos que en cierta medida podemos comprender. Es decir, una vez mueres se acabó todo. Tu paso por la Tierra comienza a desvanecerse. Pero si hay algo que verdaderamente podamos considerar como una vida después de la muerte son los recuerdos que dejamos en los demás.
He estado a punto de morir (incluso hay quien diría erróneamente que he estado clínicamente muerto varias horas), y he presenciado la muerte de otros muy de cerca. Esto me ha hecho reflexionar largas horas sobre este tema. "¿Cuánto me queda? ¿Qué voy a dejar aquí? ¿Todo esto que ocupa mi mente tiene alguna importancia si un buen día dejaré de estar aquí?". Son cuestiones que me mantienen despierto durante la noche en muchas ocasiones.
Como digo, los recuerdos que legamos a nuestros allegados son lo único que verdaderamente quedará de nosotros. De esta manera, he concluido que para mí la mejor forma de solucionar esta problemática es crear una especie de "biografía visual" sobre mi vida. Y para ello, he comenzado a recopilar fotografías de mi vida. Pero no me refiero simplemente a eventos importantes, ya sean cumpleaños, fiestas, navidades, bodas y demás. Me refiero a eventos cotidianos: mi progreso en el gimnasio, el bar al que he ido hoy, la tarde que he pasado con mis amigos... Ni siquiera tiene que ser una foto bien tomada: una toma borrosa de una copa de cerveza es suficiente para ayudarme a recordar aquella agradable tarde de septiembre en la que conversé con un par de colegas sobre política, con la placentera brisa otoñal acaricíandome el cuero cabelludo, con mi pelo degradado recién retocado.
Esto me ha llevado a querer preservar una cantidad ingente de fotos y vídeos. A lo largo de los años he ido probando diferentes servicios en la nube. Primero Prime Photos, después Google Photos, y recientemente Ente.io, que ofrece almacenamiento cifrado y seguro. Aparte, claro está, de salvaguardar los archivos originales en un disco duro externo. Sin embargo, algo que ofrecen estos servicios que me resulta extremadamente útil es su funcionalidad para recordarte eventos que ocurrieron el mismo día en diferentes años. Además, Ente ofrece una funcionalidad valiosísima: la capacidad de designar un heredero para tus archivos en caso de que fallezcas. Es imposible expresar en palabras cuánto valoro dicha función.
Así pues, otra de las funciones de esta biografía visual es la de permitirme plasmar mis recuerdos fuera de mi mente, de manera que si algún día mi memoria se ve incapacitada (hay historia de alzheimer en mi familia), siempre tendré una manera de recordar.
Si esta entrada te ha animado a emprender una tarea similar, te dejo mi código de referido de Ente.io para que ambos podamos conseguir 10gb gratuitos: DMBWW6.
-C.